Todo se remonta a 1999 cuando Jere tenía 14 años y las Spice Girls causaban furor entre la juventud masculina española. Fue entonces cuando se le ocurrió coger la guitarra que le habían regalado a su padre y que nunca había aprendido a tocar. Empezó a aporrearla y tan sólo consiguió un tremendo callo en el dedo gordo. Su tía Maribel fue la primera en enseñarle sus primeros cinco acordes, mi/sol/do/re/fa. Con esos acordes, la cadena de música, el micro de un karaoke y una cinta virgen con los viejos éxitos del verano del 92, comenzó a grabar todo lo que se le pasaba por la cabeza. Los resultados de la grabación sólo los escuchaba una compañera de clase llamada Aroha Travé, que dibujaba maravillosamente y que más tarde se encargaría de ilustrar su álbum debut.
Mientras tanto, su padre tenía que empezar una obra de un pequeño estudio en Rubí. Fue en aquella obra donde conoció a Xavi Pérez que por entonces empezaba un proyecto con Antonio Orozco. Entre tanto, escuchó una maqueta que le hizo llegar su padre, Salvador Pérez, a través del de Jere, Antonio Blanco. Xavi habló con Jere y le dijo que siguiera escribiendo, que veía algo en él y que en dos o tres años podrían ver qué pasaba.
Durante ese tiempo, se dedicó a escribir muchas canciones. A medida que crecía, las letras perdían sus tintes románticos debido a los fracasos amorosos que sufrió en la adolescencia. Se ampliaba su gusto musical mientras conocía a Triana, Extremoduro, Sabina, Platero y tú, Marea y Estopa, entre otros.
Acabó el instituto y empezó a entrar en estudio con Xavi y a maquetar algunos trabajos. Ya tenía 17 años. Pasó otro año y buscó junto a Salvador un lugar donde ensayar. Jamás había tocado en un grupo, excepto algunas colaboraciones que hacía con el de un primo suyo tocando el cajón y haciendo algún corillo que otro.
Salvador quería presentarle a unos músicos, pero por cosas de la vida se equivocaron y acabaron picando en el local de al lado y allí fue donde conocieron a los que serían parte de la banda, concretamente a César González (bajo) y Boris Guindo (guitarra acústica y coros).
Al año, llegaron Xavi Lario (guitarra eléctrica) y Serginho Moreira (batería) a completar la banda. Con ellos aparece en la escena Sergio Pérez hermano de Xavi Pérez, el cual calmó las aguas y organizó un poco el tinglao. Pasaron dos años más de bolos, alegrías, penas desconcertantes, etc..., y gracias al esfuerzo de mucha gente lograron empezar ese gran sueño, publicar su álbum debut, Improperios, que surgió en las interminables clases de instituto.
Yo ni me atrevo a recordar,
ni me atrevo a sonreír, ni me atrevo a ser feliz.
Si, tengo miedo de perder,
la cabeza otra vez, si por ti ya la perdí.
Tu, que me haces esconder mis latidos bajo piel, no te quiero molestar,
pero yo me empezado a encabronar siento que no tengo nada y reviento porque se..
Que te quiero a pesar, que tu si puedas estar sin mi,
te mentiría si digo que, en todo el día no pienso en ti.
Porque muero al pensar que has escondido tu corazón,
vuelvo a mentirte diciendo que nunca seria tu trovador.
Porque muero al pensar.
Yo, cuando duermo sueño que,
la luna alumbra tu piel abrazada junto a mi.
Pero no, me despierto y tu no estas,
y a mi me come el colchón y ya vuelvo a recordar..
Que te quiero a pesar, que tu si puedas estar sin mi,
te mentiría si digo que, en todo el día no pienso en ti.
Porque muero al pensar que has escondido tu corazón,
vuelvo a mentirte diciendo que nunca seria tu trovador.
Yo, me consumo en la realidad de olvidarte me olvidare,
quise intentarlo pero falle..
Siento que te me vas a cada paso que doy sin ti,
ando desnudo en la soledad, cuando te llamo no estas aquí.
Déjame reventar el horizonte del porvenir,
dándole al sueño una realidad con las caricias que hice por ti.